La Estimulación Magnética Transcraneal (EMT) es una técnica no invasiva que se utiliza para tratar diversos trastornos neurológicos. Uno de estos trastornos es el Parkinson, una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. La EMT ha demostrado ser una técnica efectiva y segura para el tratamiento de esta patología.
Esta tecnología utiliza campos magnéticos para estimular áreas específicas del cerebro. Durante la terapia, un dispositivo emite pulsos magnéticos de alta frecuencia que penetran en el cráneo y estimulan las células nerviosas en el cerebro. Las sesiones se realizan de forma ambulatoria, y pueden mejorar significativamente los síntomas del Parkinson, incluyendo la rigidez muscular, la bradicinesia (movimientos lentos), el temblor y la disfunción del equilibrio. Además, los pacientes también experimentan mejoras en su calidad de vida y reducciones en los efectos secundarios de los medicamentos.
Además de que es un tratamiento no invasivo, otra de las ventajas de la EMT es que es una terapia personalizada. Los pacientes con Parkinson experimentan diferentes síntomas y tienen diferentes necesidades de tratamiento. La EMT se puede ajustar para estimular áreas específicas del cerebro que son responsables de los síntomas particulares de cada paciente. Esto significa que el tratamiento puede ser adaptado a las necesidades individuales de cada paciente, lo que puede mejorar la eficacia del tratamiento.
Además, la EMT es una terapia sin medicamentos. Muchos de los medicamentos utilizados para tratar el Parkinson tienen efectos secundarios significativos, como náuseas, mareos, somnolencia y cambios en el comportamiento. La EMT no tiene efectos secundarios significativos y puede reducir la cantidad de medicamentos que un paciente necesita tomar.
Por último, la EMT es una terapia no dolorosa. Los pacientes con Parkinson a menudo experimentan dolor muscular y articular debido a la rigidez muscular y la disfunción del equilibrio. La EMT no causa dolor y puede ayudar a aliviar estos síntomas.
En definitiva, la Estimulación Magnética Transcraneal es una técnica no invasiva, personalizada, sin medicamentos y no dolorosa que puede ser utilizada para tratar los síntomas del Parkinson, y ha demostrado ser una terapia efectiva y segura que puede mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes con esta enfermedad.
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