La Estimulación Magnética Transcraneal (TMS, por sus siglas en inglés) es una herramienta terapéutica de vanguardia diseñada para tratar diversas condiciones neurológicas y psiquiátricas, entre ellas, la enfermedad de Parkinson. Este trastorno neurodegenerativo, caracterizado por temblores, rigidez muscular y deterioro en la coordinación motora, ha encontrado en la TMS una opción no invasiva que puede disminuir los síntomas en los caso que no respondan bien a los tratamientos convencionales.
¿Cómo funciona la TMS?
La TMS utiliza pulsos magnéticos dirigidos a áreas específicas del cerebro, particularmente la corteza motora, con el fin de modular la actividad neuronal. En el caso del Parkinson, se busca reducir la hiperactividad en ciertas zonas del cerebro responsables de los movimientos involuntarios, mejorando así la funcionalidad motora.
Aplicación específica en el Parkinson
Aunque la TMS fue inicialmente aprobada para tratar la depresión resistente al tratamiento, investigaciones posteriores respaldan su potencial para aliviar síntomas motores del Parkinson, mejorando la movilidad, disminuyendo la rigidez y reduciendo el temblor en algunos pacientes.
Si bien no se considera una cura, puede representar una intervención valiosa dentro de un enfoque integral dentro de un programa de rehabilitación multidisciplinaria, ya que puede combinarse con fisioterapia, ejercicio físico y terapia ocupacional para potenciar la plasticidad cerebral y mejorar la calidad de vida. En cualquier caso, antes de comenzar con las sesiones, es necesaria la valoración del caso de forma individualizada por parte de un especialista.
Beneficios y ventajas
De esta manera la TMS representa una técnica segura, indolora y con mínimos efectos secundarios en comparación con los fármacos convencionales. Además, puede aplicarse de forma ambulatoria y no requiere anestesia, lo cual facilita su incorporación en la vida diaria del paciente. Si necesitas más información, no dudes en contactar con Juan Araque Clínica.